Encontrarás La Capilla en… C/ Dos de Mayo, 4, 31001 Pamplona, Navarra

 

Mirada Ma petite… Vidrieras de colores, paredes blancas, altares adornados, lámparas infinitas y sofás generosos. Solo dos escalones de piedra separan el alboroto de un rincón de placidez.

 

Nos hemos vuelto expertas en encontrar rinconcitos con encanto. No importa el ruido, la cantidad de gente que tengamos alrededor, el sol o la lluvia. Nos ponemos a pasear y los rinconcitos van saliendo como setas. El que hoy os descubrimos se va a convertir en uno de nuestros preferidos porque lo tiene todo: tranquilidad, comodidad, cercanía y buena comida.

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Pasito a pasito, hemos llegado a la reapertura del restaurante La Capilla, en el hotel Pamplona Catedral y les auguramos un gran futuro lleno de mesas prósperas y comensales muy contentos.

El interior del restaurante es espectacular, un ejemplo perfecto de cómo reconvertir los espacios y darles una vida nueva. Filipe, el encargado del restaurante, nos sugirió sentarnos en una de las mesas que han colocado en el celador. Nos encantó la vajilla, la decoración y la carta. Porque de todos es sabido que un estómago contento, distribuye sonrisas sinceras y contagiosas.

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Nosotras nos dejamos llevar por las sugerencias de Filipe y debemos decir que todo estaba buenísimo, en especial, nos encantó el arroz. Pero para llegar al plato fuerte, pasamos primero por unas croquetas súper ricas y cremosas, unas patatas baby con salsa romescu, una ensalada de codorniz escabechada, y un pulpo buenísimo.

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Para beber, nos decantamos por un vino blanco gallego fresquito, porque este calorcito de octubre da mucha sed y porque nos gusta probar denominaciones de vino y variedades de uva que nos quedan un poquito más lejos de casa. Si no lo conoces, prueba Gargalo.

Así que, si estás buscando un rincón nuevo en nuestra Iruña, que te quede cerca pero que, al mismo tiempo, te haga sentir a kilómetros de casa, reserva una mesa en La Capilla.  Relájate y disfruta.

 

Un ratito más, por fa… Esos sillones azules son la perdición. Con tu bebida en la mano, vas a tener que frenar la tentación de no quedarte allí a pasar el fin de semana. Y si no puedes ir a comer, acércate a disfrutar de un café o una copa. Llévate a tu mejor compañía y extiende la tarde hasta el infinito.

 

Sabías qué… Las religiosas Adoratrices se instalaron en este convento con el comienzo del siglo XX, en 1904. Allí se encargaban de acoger y cuidar a mujeres prostitutas, así como de impartir clases de costura y bordado a las jóvenes de la época. Después, en los años 60, pasó a ser residencia universitaria y estuvo abierto hasta el año 2003. Si hablas a nuestros mayores sobre la localización de La Capilla, diles que es el convento de las Adoratrices. Te entenderán a la primera.

 

Puedes disfrutar de La Capillade martes a viernes para cenar, y los sábados para comer y cenar. Si además tienes en mente organizar algún evento más exclusivo, o una reunión con familia o amigos, éste es el sitio perfecto.