Redescubrimos... el campus Universidad de Navarra

Paseo completo: dos horas aproximadamente.

Recompensa final: una taza de café en la terraza del Museo Universidad de Navarra

Un consejo Ma petite: fotografía con tu mirada

 

Comenzamos la caminata de hoy en lo más alto del campus de la universidad. Más que nada porque la cuesta abajo es siempre agradable y, sobre todo, porque desde ese punto podemos ver la gran cantidad de árboles y colores que éstos nos regalan.

El cielo azul nos engaña. Es una de la primeras bromas que trae el otoño de Pamplona.

No te dejes embaucar por la ausencia de nubes e, incluso, de viento. Sube la cremallera de tu cazadora y comienza a caminar con el césped mojado. Es una mañana perfecta para redescubrir.

En estos días tan complicados en los que estamos inmersos, se nos olvida respirar. Por eso -aún con la mascarilla puesta- sentimos el frescor de la mañana y respiramos más profundamente. Inspiramos y nos sumergimos de lleno en este gran pulmón verde con el que cuenta Pamplona.

Enseguida, las señales del suelo nos recuerdan que atravesamos parte del Camino de Santiago y no dejamos de ver algún que otro peregrino madrugador. Muy pocos para esta época del año, la verdad, pero siempre hay valientes en este mundo.

Cruzamos la carretera y llegamos hasta el río Sadar. Aunque el caudal no es elevado, hay corriente, y el ruido del agua te transporta a un bosque mágico. Seguimos el curso del río arriba, en dirección al barrio de la Milagrosa. Puedes continuar todo lo que quieras, pero recuerda que luego debes volver por el lado contrario hacia el Museo de la universidad.

Para que el recorrido no sea tan llano, te recomendamos que incluyas la subida por detrás del último edificio del campus, en dirección a Iturrama. ¡Hay que ganarse la recompensa!

Una vez en la parte alta y con nuestro estómago pidiéndonos ya una parada técnica, atravesamos el campus observando los edificios más modernos, cuyo hormigón se mezcla con los colores intensos del otoño sin que ninguno pierda protagonismo.

Os confesamos que miramos de reojo a los estudiantes que están en el descanso de clases. Recordamos nuestros años universitarios (que fueron antes de ayer, como quien dice) y reconocemos que tampoco nos ha ido tan mal. ¿Volverías a aquellos años? ¡Cuéntanos!

Para terminar, nos recibe la fachada del Museo de la universidad y…¡noticia! Hasta el próximo 21 de marzo de 2021 todos los residentes de Pamplona podrán visitar el museo gratis cada miércoles. Se trata de una iniciativa organizada entre el Ayuntamiento de Pamplona y el Museo Universidad de Navarra llamada ‘Un día de Arte para Pamplona’. ¡No podéis perderos esta oportunidad!

Ahora mismo, el MUN cuenta con una exposición un tanto insólita que te invita a reflexionar sobre muchas cosas: Mujeres de Lot. Se trata de un conjunto de esculturas efímeras realizadas en sal consolidada, utilizando una serie de moldes de aluminio. Es obra del escultor y fotógrafo Javier Viver.  Solo podemos deciros dos cosas. La primera que desde que sales al espacio donde están expuestas estas Mujeres de Lot te atascas entre pensamientos y sensaciones.  ¿De verdad somos tan efímeros? ¿De verdad estamos tan expuestos a las inclemencias del tiempo? ¿De verdad nuestro pasado se borra tan rápido? ¿De verdad que después de todo, solo queda la nada, el polvo, la sal?

Y la segunda, que solo han pasado seis días desde que se inauguró (20 de noviembre) y, para nada, esperábamos encontrar las figuras en este estado tan desgastado. Así que tienes que darte prisa si quieres verlas.

Al margen de esta exposición, os comentamos también que, desde el pasado mes de septiembre, el museo ha recuperado las visitas guiadas. Podéis apuntaros a cualquiera de las citas guiadas individuales que tienen lugar de martes a viernes a las 18 horas, y los sábados y domingos a las 12 horas. Si os apetece disfrutar de una mañana en familia, todos los primeros domingos de cada mes tienen lugar las visitas teatralizadas.

No olvides apuntarte primero en la página web del museo. Para tener más información, haz click en su página web: https://museo.unav.edu/

 

Y, por fin, nuestra recompensa de hoy. Seis kilómetros y dos horas después, la terraza del restaurante del Museo, nos espera. Paz, tranquilidad, ausencia de tráfico y unas bonitas vistas son lo primero que ofrece la terraza. Aunque el sol nos ha acompañado en este paseo, la lluvia no es un impedimento para parar en este lugar, porque toda la terraza está cubierta. Felipe, el encargado, nos cuenta que el descanso de la mañana es hora de bastante movimiento y que la carta del restaurante ofrece muchas posibilidades, desde un picoteo de huevos rotos a un arroz con bogavante que nos deja salivando. Este restaurante es la opción perfecta para finalizar una mañana en el museo. Os dejamos aquí su carta: http://restaurantemun.com/

Hasta aquí nuestro resumen de este paseo con alma. Dos horas para respirar, inspirar y disfrutar.

¿Te animas al siguiente paseo mapetite?