Redescubrimos… un lugar escondido entre montañas, vegetación y agua. Hoy visitamos el Molino del infierno – Infernuko Errota, en el valle de Baztán.
Paseo completo… El recorrido es lineal y consta de unos cinco kilómetros, aproximadamente, entre ida y vuelta. El punto de partida es Irigoiengo Borda, en el kilómetro 15 de la carretera NA 4453 Olabidea.
Recompensa final… Un menú de diez en Etxebertzeko Borda Os recomendamos reservar con antelación en este teléfono 948 580 400.
Un consejo Ma petite… ¿alguien dijo “frío”?
Fría mañana de invierno, con el termómetro marcando temperaturas bajo cero. Es uno de esos días en los que agradeces al cielo que el coche estuviera en el garaje y no tienes que rascar el cristal. Bien abrigaditos, salimos de Pamplona dirección Baztán. ¡Qué tendrá esta tierra de misterio, brujas y leyendas, de exuberante naturaleza y bosques de ensueño, que tanto nos fascina!
Nuestro objetivo de hoy es llegar hasta Infernuko Errota – El molino del Infierno; un pequeño molino escondido en uno de los parajes más salvajes y prodigiosos de Navarra.
Justo al pasar los túneles de Oronoz Mugaire hacia Elizondo, encontramos las canteras a mano izquierda. En ese punto, giramos a la izquierda y tomamos la carretera NA 4453 dirección al barrio Olabidea. Es una vía estrecha, serpenteante e infinita que nos muestra un valle donde el verde es el protagonista adquiriendo todas sus tonalidades posibles.
Atentos a la ventanilla porque, a nuestro paso por esta carretera, vemos caballos, vacas y ovejas que salen a nuestro encuentro haciendo más agradable y sorprendente el trayecto.
En el kilómetro 15, aparcamos el coche junto a la carretera a la altura de Irigoiengo Borda, el punto de partida de la excursión. Nos calzamos las botas y buscamos la senda que desciende por una pronunciada pendiente hasta la regata del infierno. El paisaje está helado, al igual que nuestra nariz, pero a cambio disfrutamos de unas espectaculares vistas del valle.
A partir de este punto, olvídate de la cobertura móvil y de internet. Es momento de enfocar todos tus sentidos en disfrutar del entorno, de respirar al aire libre y de adentrarte en un bosque mágico apenas transitado y poco conocido.
Durante todo el camino, nos encontramos con una naturaleza exuberante, un bosque de hayas, robles y castaños centenarios donde el ruido de los saltos de agua será la banda sonora que nos acompañará durante todo el trayecto.
Hacia la mitad del camino, nos encontramos con Etxebertzeko Borda, el que va a ser nuestro restaurante para comer y reponer fuerzas a la vuelta de nuestro paseo. Por el momento, toca reprimir la tentación de sentarte al sol de enero y seguir el camino.
Seguimos por la senda del riachuelo atravesando varios puentes de madera hasta llegar al cruce con el camino que te lleva hasta Etxalar. Continuamos recto descendiendo por unas escaleras de piedra y, justo ahí, el viejo molino nos sorprende al parecer estar suspendido sobre la cascada.
Una vez dentro del molino, nuestra mente se transporta en el tiempo, imaginando historias de guerra, contrabando y leyendas. Infernuko Errota es un lugar encantado. Dicen que fue el único molino de la comarca que, en tiempos de guerra, siguió moliendo de forma clandestina, ya que los carabineros no lograron encontrarlo.
Con el pensamiento en aquellos días pasados, tomamos el camino de regreso por la misma senda por la que hemos llegado, pero esta vez aceleramos el paso para disfrutar de nuestra recompensa: una agradable comida en Etxebertzeko Borda.
Tiene un comedor acogedor, con unas ventanas de espectaculares vistas al bosque que contemplas mientras sostienes una carta amplia con platos caseros. Son la mejor recompensa para una excursión perfecta. ¿Se puede pedir más?
En la carta leemos una variada oferta, desde los tradicionales platos de cuchara para entrar en calor como la sopa de cocido o las alubias rojas de Baztán, pasando por el paté casero, las ensaladas, los fritos y los revueltos que nos meten de lleno es nuestro festín gastronómico. Como segundo plato, las truchas de la piscifactoría de la borda son uno de los platos estrella sin desmerecer a los guisos de carne y asados. Uhmmm… el estómago está impaciente y tan contento que aplaude. Pero acuérdate de dejar hueco para el postre ya que su tarta de queso nos ha estado llamando a gritos desde el primer momento. Veredicto: para quitarse el sombrero.
La sobremesa se alarga con un buen café. Sin embargo, los días de enero son cortos y, en breve, tomamos de nuevo nuestra ruta de regreso a Pamplona con una sonrisa de lado a lado tras disfrutar del día en este lugar con tanta magia y encanto.
Dejamos pendiente para la próxima… la visita guiada a la quesería Kortariko situada también en el barrio de Olabidea (km 18). Si sois amantes del queso, esta visita es una oportunidad de oro para degustar uno de los mejores quesos del mundo: Infernuko gasna, el queso del infierno en Euskera.
Sabías que… el molino se asienta sobre tierras de Etxalar y de Baztán, divididas por el río. Por eso, se puede acceder a él desde los dos lados. Durante muchos años estuvo abandonado hasta que la familia de Etxebertzeko Borda decidió comprarlo y restaurarlo, manteniendo viva una parte de la historia del lugar.
