Descubrimos… La fuente y ermita de San Juan Xar, entre las localidades de Igantzi y Arantza.
Paseo completo… Desde Igantzi hasta el mismo santuario, hay cerca de dos kilómetros y medio, con alguna cuesta más seria, pero muy fácil de seguir. Calcula que ida y vuelta pueden ser unas dos horas.
Recompensa final… Si eres de picnic, no dudes en preparar uno. Si prefieres ir con lo justo, al terminar puedes comer en Igantzi o acercarte a la sidrería Jolastoki de Irrisarri Land. Disfruta de sus vistas. Si te apetece descubrir el camino hasta Arantza, puedes disfrutar de una comida casera buenísima y una terraza maravillosa en el Aterpe-Erretegia. O, siguiendo los consejos de una de nuestras seguidoras, en el restaurante Pabloenea
Un consejo Ma petite… añade a la mochila unos paños y una botellita de agua extra vacía.
Hoy os proponemos un paseo místico, de los que te reconcilian con el mundo. Un lugar, mitad secreto, mitad leyenda, que se puede convertir en tu nuevo escondite natural. Vente con nosotras caminando desde Igantzi hasta San Juan Xar.
Nunca antes habíamos oído hablar de este lugar, pero hace un par de semanas una persona cercana nos contó su leyenda y nos entraron ganas de conocerlo.
SEGÚN CUENTA LA LEYENDA…
Hace mucho, mucho tiempo, un pastor caminaba triste porque su mujer estaba enferma. Tal era su congoja que una lamiak (ninfa del bosque) se le apareció un día para decirle que, si frotaba a su esposa con paños humedecidos con el agua de la fuente, ésta sanaría cuando los paños se secasen. La única condición que le puso la lamiak fue no contárselo a nadie. El pastor siguió las instrucciones y cuando los paños se secaron, su mujer sanó. El hombre estaba tan contento que fue corriendo a contárselo al resto del pueblo. Al día siguiente, la lamiak se le volvió a aparecer para advertirle de que, por no ser capaz de mantener el secreto, le convertiría en piedra.
Y nada más llegar a la ermita, ahí está. Una escultura de piedra, tosca, enorme, de varias toneladas, que recuerdan a las de antiguas divinidades y que representa a San Juan Xar.
SIGUE LA SENDA
Pero antes, te invitamos a recorrer el camino desde el bonito pueblo de Igantzi (Yanci). No tiene pérdida porque encontrarás varias señales de madera que te indican la dirección. Antes de que te des cuenta, estarás descendiendo hacia el bosque, con el canto de los pájaros como banda sonora. Y conforme te vayas adentrando, verás que sí que es especial y que la energía que viaja de árbol a árbol te va envolviendo, acogiendo, abrazando.
Hay cientos de rutas posibles que llegan hasta este punto escondido. Incluso puedes acercarte con tu coche, casi casi, hasta la misma fuente. Pero realizar el paseo que te proponemos hoy hará que lo disfrutes mucho más.
La noche más corta del año… cada 24 de junio, el día de San Juan, los vecinos de Igantzi y otras localidades vecinas, se acercan a la ermita, a beber de la fuente de los tres caños y a sanar la piel con el agua que emana. Después, se dejan los paños a secar y, tras unos días, el sacristán de la localidad los recoge para quemarlos.
Estás en una reserva natural… desde 1987, ya que cuenta con el único bosque autóctono en la península de la especie conocida como abedulillo. Aunque también vas a ver impresionantes castaños, arces, robles y fresnos. Si en primavera es así de bonito, en otoño tiene que ser impresionante.
Si quieres alargar el fin de semana… te traemos una opción de lujo, un capricho. A pocos kilómetros, en la localidad de Arantza, encontrarás Arantza Hotela. Un espectacular hotel boutique, donde podrás esconderte del mundo.