Redescubrimos… Paseo de las murallas hasta el parque de la Medialuna
Paseo completo: Hora y media de tiempo
Recompensa final: Una cerveza seguida, a las horas, por una par de ibuprofenos
Un consejo Ma petite: Todos conocemos a alguna que otra brujita con escoba
No podemos creer la buena suerte que estamos teniendo con este otoño pamplonica tan suave. Vale que ha llovido y ha hecho días de frío. Hasta hemos visto pasar grupos de grullas camino de lugares más cálidos. Pero es ver que las chicas Ma petite han quedado para redescubrir nuevas rutas y salir el sol. ¡No podemos estar más contentas! Eso es porque tenemos muchos lugares y rincones que enseñaros y porque esta estación siempre nos regala días maravillosos. ¡Aprovéchalos!
En nuestro anterior paseo por la Taconera, llegamos hasta la Cuesta de Santo Domingo, así que se nos había quedado pendiente seguir el curso de las murallas hasta rodear la ciudad. Por eso, hoy decidimos comenzar en el Archivo de Navarra.
Siempre que pasamos por aquí, asombra lo imponente de este edificio. Es imposible que mires hacia otro lado si tienes delante su fachada. Normal que fuera el Palacio de los Reyes del antiguo Reino de Navarra y, más tarde, residencia de capitanes, generales y gobernadores. Por eso, se le conocía también como Palacio de Capitanía. Nuestros abuelos, así lo llamaban. Desde que Rafael Moneo lo rehabilitó en 2003, es una referencia para visitarlo de vez en cuando y apuntar en tu agenda las exposiciones que ofrece. Siempre vas a encontrar algo interesante. Hoy nos encontramos cara a cara con el mal…
«En mi pueblo había una bruja». ¿Cuántas veces has oído alguna historia como está? Pues si visitas la exposición del Archivo, Maleficium, seguro que descubres que había una en tu pueblo, en el de al lado o en todos a la vez. Dedicamos un ratito a pasearnos entre los manuscritos, los dibujos y las escobas. La paz, el silencio del edificio y la baja iluminación son perfectas para sumergirte en ese mundo y sentir escalofríos por la espalda.
Sin embargo, la mañana soleada nos reclama. Continuamos el paseo por detrás del edificio para volver a subir hacia la Catedral. Hoy hay más gente que ha salido a aprovechar el sol y es un gusto ver cómo se aprovechan estos rincones y momentos mientras nos convertimos en la ciudad del take away (comida y bebida para llevar). Pasamos el Caballo Blanco y seguimos el curso de la muralla que te lleva hasta el edificio del Arzobispado. Desde allí arriba seguimos contemplando las vistas. Como la pasarela de la Cuesta de Labrit está cerrada, para cruzar al otro lado hay que bajar a Labrit y subir las escaleras por detrás de la plaza de toros.
Con esto, hemos llegado a la Media Luna. Aquí sí que encontramos más movimiento. Paseantes, gente haciendo deporte y el abrigo que ya nos sobra y que muchos llevamos en la mano. La Medialuna nos regala estampas bonitas y, sobre todo, el ser el balcón perfecto para observar el Arga. La cantidad de árboles, el estanque de peces donde todos hemos ido de pequeños y los cientos de bancos en los que puedes relajarte, hacen de este parque un sitio muy especial.
Os contamos que nuestra idea era haber podido disfrutar de su café y su terraza, pero tenemos que dejarlo para más adelante, hasta que entre todos hayamos vencido este virus. Nos vamos con pena, la verdad.
Sin embargo, ya sabéis que Ma petite está siempre abierta a toda nueva oportunidad y, por una serie de circunstancias que se suceden sin parar, nos vemos de nuevo sentadas en un banco de la Medialuna degustando una estupenda cerveza china Tshingtao. Aunque su nombre pueda despistar, que sepas que la puedes tomar tanto de pie, como sentado. De todas formas, para la próxima, hemos aprendido que es mejor acompañarla con algo de comer porque el efecto Tshingtao nos llevó a ingerir un par de ibuprofenos ya bien entrada la tarde; mientras los niños corrían, gritaban y saltaban sin parar…